UNA APROXIMACION AL ESTADO DE OPINIÓN

Escrito por: Luis Felipe Barrera Narváez
Para:
http://calicolumna.blogspot.com/

La vieja guardia de la política colombiana sigue conservando una extraña manía cuando se dirige a la ciudadanía, porque en el arsenal oratorio se pueden encontrar millares de términos etéreos, enrevesados, leguleyadas y casi siempre carentes de una definición mínima. El demagogo hace de la democracia su arma perfecta a la hora de legitimar sus actos y propuestas. “Vox populi, vox dei”. En sus términos, la democracia es la mera decisión del pueblo materializada en un voto.

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Uno de esos líderes que además, dicen que es pionero en sus formas para hacer política es Álvaro Uribe, lo sigue “Uribito”, el “pincher” como lo llama un columnista o mejor por su nombre, Andrés Felipe Arias. En el departamento del Valle lo sigue de cerca el gobernador Juan Carlos Abadía. Para ellos la mejor táctica digna de encomio a la hora de lidiar con la prensa y la opinión pública, es responder con evasivas o con estúpidas respuestas a preguntas nunca hechas. Si le preguntan al uno por la reelección, dice que no es conveniente para un presidente perpetuarse en el poder, pero su ministro del interior hace lo posible en el Congreso por perpetuarlo a él. Arias es un fenómeno de la política nacional. A falta de Uribe, está el clon, así como la oveja “Dolly”. A Juan Carlos Abadía le preguntan por la radio acerca del autobombo que se hace desde la gobernación a nombre propio con los recursos públicos, y el señor empieza a hacer un balance de su gestión y del futuro de los eventos taurinos.

Así, entre evasivas y palabras acicaladas, el Jefe de Estado colombiano ha dado a luz un concepto novedoso dentro de su doctrina política, un término poco explicado a sus compatriotas, pero que de hecho, en eso consiste. “El Estado de opinión es la fase superior al Estado de derecho” Esta ha sido la retahíla que el mandatario ha desperdigado a los oídos ignotos de la ciudadanía desde que se radicó el referendo para abrirle paso a una segunda reelección. El Estado de opinión como un estadio superior al Estado de derecho que ampara la constitución, es una consigna que esconde un interés demagógico y caudillista.

Para el presidente Álvaro Uribe, la opinión pública está restringida al voto mayoritario de los colombianos y según su veredicto, ese es el mandato irrevocable al que él, como representante e intérprete debe apelar incluso, vulnerando los mecanismos institucionales que el mismo pueblo ha creado para evitar el abuso de los dirigentes, es el caso de la no reelección para la Constituyente del 91.

La opinión pública en el uso discursivo del inquilino del Palacio de Nariño, no nace del debate y la argumentación dentro de los espacios protegidos por la ley, como lo sería el Congreso, la institucionalidad del país y los espacios de discusión democrática, sino de un barrido comprendido dentro de los sondeos de opinión y que son tomados por la verdadera opinión pública, cuando no son más que una fotografía dentro del espectro político que la ciudadanía ostenta y que puede obedecer a reacciones poco racionales, como lo sería la favorabilidad a un personaje determinado por el simple hecho de ser paisa, “verraco” o con cara de monaguillo.

Entender el Estado de opinión, es acercarse a los apetitos de un político por perpetuarse en el poder y desbaratar los cimientos democráticos de una nación entera, con la consigna más populista que pueda haber, “hablar directamente con el pueblo, es obtener la verdad pura, sin intermediarios, así lo recomiendan los científicos de la política”. De una vez declaro mí abierta indignación como estudiante de Ciencia política por la prostitución del conocimiento que hace el Presidente a la hora de reforzar su doctrina cesárea y mesiánica.

El Estado de opinión, es una idea sonsacada de tipo “obduliano”, o sea, obtusa y estulta como el intelectual del régimen (perdón por decir que este señor si acaso es un intelectual, pero algún periodista lo tuvo que llamar así y es porque creo que Uribe y su séquito lo ven como tal). Es el mismo idiota que niega el conflicto y hace un trueque semántico: desplazados por migrantes.

El Estado de opinión como fórmula politiquera ya tiene varios simpatizantes. No es de extrañar que sean los satélites abyectos del régimen que viven de las mieles del poder corruptor del gobierno. El poder de la mayoría en los evangelios provocó la muerte de Jesucristo, cuando Poncio Pilatos preguntó a la multitud qué hacer, si liberar a Barrabás o al nazareno, la masa enardecida pidió la liberación del ladrón y la crucifixión del “hijo de dios” para muchos. La decisión de la mayoría no hace de Jesús un culpable, ni de Barrabás un inocente. Solo demuestra lo peligroso que significa alinearse con el simple imperio de la mayoría sin otra contemplación.

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OPINIONES SOBRE ESTE ARTÍCULO

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3 Opiniones to "UNA APROXIMACION AL ESTADO DE OPINIÓN"

Anónimo dijo... 13 de agosto de 2009, 0:02

Excelente columna, en Colombia se tiene la costumbre de que el buen político es el mañoso a la hora de comunicarse. El Estado de opinión es un sacrificio del Estado de Derecho.

Anónimo dijo... 13 de agosto de 2009, 10:50

Excelente artículo Felipe, voy a "rotarlo" jeje

Anónimo dijo... 13 de agosto de 2009, 10:50

Excelente artículo Felipe, voy a "rotarlo" jeje
Marlium.

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